Taller de Expresión Artística para Niños de Ascendencia Mapuche:
Quinta Normal, Octubre 2012.
Segunda sesión, 10 octubre 2012: Explosión cámbrica.
Esta
vez, nuestro Taller era la única actividad de la escuela por la tarde. La
Dirección nos asignó la sala de lectura de la biblioteca. La suave música
clásica que sonaba allí y el tiempo primaveral hacían muy placentera la
ocasión.
Los
niños comentaron la buena reacción de sus familias ante la noticia del
significado de sus apellidos. La excepción: alguien contó, con pesar, que sus
padres no expresaron emoción alguna. Toda la semana vivió dicha indiferencia
como menosprecio, casi auto-desprecio. Costó recuperarle para nuestra reunión.
A ello
ayudó el vértigo creativo que hoy se desató. De un instante a otro, como si se
hubiesen dado permiso, los niños comenzaron a usar de modos novedosos los
materiales. Junto a pinceles y lápices, entraron en acción rodillos, tijeras, esponjas,
manos. Sus obras fueron acumulándose en la mesa de secado, cada una más
personalizada que la anterior.
Y
empezaron las confidencias: “A un primo
de 18 años le gusta pegarme, me tira el pelo fuerte cuando nadie nos ve, me
deja llorando... Una tía me dice Chuky, me da mucha rabia, ella dice que es
broma, pero que le cuesta decir mi nombre... Tengo pesadillas con monstruos, a
veces tengo miedo que llegue la noche y tenga que irme a acostar...”
Dramas
de niños, narrados con esa conformidad propia de los niños. Al sugerirles que
dibujaran esas situaciones, y así hacerlas públicas, una luz de astucia surgió
en sus ojos. Nada dijeron.
Se
movía alta energía entre los niños, a duras penas lográbamos seguirles el paso.
Nos sentíamos en medio de la explosión cámbrica, ese misterioso momento hace
unos quinientos millones de años, cuando, dicen los biólogos, bruscamente la
vida floreció en toda su impresionante diversidad, superando la sencillez
microbiana de entonces.
Los
niños no se querían ir. En momentos de entusiasmo encendido el encuadre sirve
como contención para monitores y alumnos. Así, recordando horario y reglas,
conseguimos desengancharlos de la espiral del Taller y reinstalarlos en el
tiempo común. Como medida extra de protección, les recordamos claramente la probable fecha de término de nuestro proyecto. Al despedirse, como respuesta dilatada a la sugerencia de plasmar
lo que en sus casas estuviesen viviendo, varios declararon que regresarían con
dibujos y esquemas ya iniciados, a los que les darían “los puros toques finales
acá”. ¿Con qué nos sorprenderán?
Nuevamente
les agradezco la gentileza de leer estos apuntes. Permítanme reiterarles
nuestra solicitud de apoyo, en ideas y/o recursos, para dar continuidad a este
Taller. Tenemos presupuesto sólo para este mes. Sus donaciones pueden
canalizarse a través de APECH, organización auspiciadora de esta actividad. Saludos,
hasta la próxima.
María Eugenia Walker Vicuña, 08-8925090, mwalkerv@uc.cl
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