lunes, 1 de octubre de 2012


Taller de Expresión Artística para Niños de Ascendencia Mapuche:
Quinta Normal, Octubre 2012. 

Presentación.
Como se sabe, las minorías étnicas en gran parte del mundo están exhibiendo una creciente capacidad de movilización, no para integrarse a la sociedad en la cual se hallan inmersas, sino en pos de realizar su respectiva identidad. Se suele llamar a este proceso “despertar”, suponiendo un tiempo previo de tranquilidad, aquella del ensueño o del dormir.

Los que en nuestro país "despiertan" se quejan, entre otras cosas, de que Chile en buena medida se ha construido sobre el sometimiento y la preterición ejercidos en su contra. La preterición (el hacer caso omiso de alguien que está ante nosotros; comportarse y decidir como si no estuviese presente) es mutiladora para el sí mismo. Desde Nietzsche sabemos que uno de los motores del desarrollo humano es la aspiración a ser reconocidos por los demás como deliberantes, como co-transformadores de la realidad.

Esa aspiración están aprendiendo a satisfacerla los adultos de las minorías étnicas, logrando en tal proceso grandes aciertos, e incurriendo también en penosos errores (desunión interna, tendencia endogámica). Oscilación inevitable entre luz y oscuridad: nadie puede enseñar a coincidir con el ideal étnico, menos en un sistema educacional público como el chileno: uniformizador, desfinanciado, en peligro de desaparición.


El estado de movilización (la decisión de transitar un tiempo estructurado, direccionado), en todo caso, conlleva factores protectores para quien lo asume. Los indígenas adultos que luchan, pues, cuentan con recursos y mecanismos que les otorgan algún grado de co-autoría de sus destinos. Pero, ¿qué pasa en Chile con los niños de pertenencia, o ascendencia, indígena? ¿Qué ocurre con aquellos que deben vivir en Santiago, portando una difusa identidad, alejados de sus orígenes?

Además de la disonancia cognitivo-afectiva en la que pudieran hallarse, hay evidencia de que esos niños, especialmente los mapuches, suelen ser víctimas de discriminación, de agresión física en sus colegios. Los patrones familiares parecen brindarles poca ayuda en tal situación.


Enfocados en ellos elaboramos una breve intervención en clave arte-terapéutica, bajo la forma de Taller de Expresión Artística para Niños de Ascendencia Mapuche, con patrocinio de APECH (Asociación de Pintores y Escultores de Chile). Gracias a amigos de la ONG CEC, a través de la familia Pilquil (Flecha, en mapudungun), logramos establecer contacto con la Escuela Antumalal (Lugar u horizonte inundado de luz solar, en mapudungun), de Quinta Normal, sitio ideal para llevar a cabo nuestro proyecto. Su Director, Don Eduardo Villa, lo aprobó con entusiasmo. La Orientadora, Sra. Margot Escobar, y el Jefe de UTP, Sr. Omar Fuentes, seleccionaron los alumnos.


Los participantes provienen de familias de bajos recursos. Son alumnos de desempeño escolar medio, estimando los profesores que podrían exhibir un mayor rendimiento de encontrarse en situación socioeconómica más favorable. Sus edades van desde los 8 y hasta los 12 años, cursando desde Segundo y hasta Sexto Básico.


Se convocó a sus apoderados, para explicarles los objetivos del Taller. Lamentablemente, muchos de ellos trabajan, así que llegaron pocos a la reunión. Los asistentes se mostraron satisfechos por esta posibilidad de dar una educación lo más integral posible a sus hijos. Llegaron a sugerir que también ellos necesitaban de una iniciativa semejante que les permitiera reconectarse con sus raíces.


Con todo en regla, reservamos las tardes de los miércoles de octubre para llevar a cabo esta prometedora actividad.
María Eugenia Walker Vicuña, 08-8925090, mwalkerv@uc.cl

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