Taller de Expresión Artística para Niños de Ascendencia Mapuche:
Quinta Normal, Octubre 2012.
Tercera sesión, 17 octubre 2012: En la luz del nombre propio.
En
efecto, algunos niños llegaron al Taller con bocetos. Frustrando
afortunadamente ciertas siniestras expectativas nuestras, derivadas de
confidencias suyas, eran bosquejos, en apariencia simples, de sus nombres. Ocuparon
la primera parte de la clase en colorearlos y ornamentarlos con esmero. Quizá
era un modo de reforzar su experiencia cotidiana de identidad, habida cuenta
del fugaz vislumbre de su pertenencia étnica al que los habíamos invitado, o expuesto,
en sesiones previos.
O
también puede haber sido una inicial declaración de autoría, un ensayo de
firma, un intento de conexión con la virtualidad del nombre propio. Como se
sabe, desde Proust y Barthes viene la intuición de que un afortunado nombre
propio (uno libidinizable) es capaz de movilizar y coordinar las distintas
memorias conque contamos los seres humanos, deviniendo en motor de una poética
personal, individual.
Con
sus nombres propios depositados en la mesa de secado, algunos decidieron ocupar
imágenes mapuches en sus nuevos trabajos; otros, en cambio, elaboraron obras
más experimentales, no tan figurativas, incluyendo tridimensionalidad, collage,
estampado.
Mientras
las niñas aprovechaban de socializar entre sí a propósito de esta actividad,
exhibiendo conductas cooperativas, los varones esperaban con impaciencia el
recreo. Ocurre que a los 45 minutos de clases les permitimos salir de la sala
por diez o quince minutos, cuidando por supuesto que no se arranquen del
colegio. Anunciada la pausa, los hombrecitos salieron disparados: querían
comprobar quién hacía volar más lejos los cohetes de papel que confeccionaron.
En cambio, las damitas volvieron muy pronto, para observar los trabajos de unas
y otras, elogiándose, haciéndose bromas pesadas, riéndose.
Pues
es probable que la siguiente sea nuestra última sesión, les anunciamos que
entonces efectuaríamos la ceremonia de clausura. Es una lástima no poder
acompañar otro trecho a estos niños. Aunque hemos planificado y dirigido muchos
talleres de crecimiento o rehabilitación en base a praxis artística, siempre nos
ha quedado la sensación de que pudimos haber hecho algo más. ¿Se dan cuenta que
la insistencia en recordar la fecha de término de cualquier taller es también
un mecanismo de protección para los profesores?
No
obstante, otra vez la realidad se impuso: la Escuela Antumalal es local de
votación en las próximas elecciones municipales, a mediados de la semana
venidera ella quedará bajo control militar y policial. Nuestro ágape de
despedida, pues, lo haremos el miércoles 31 de octubre. Saludos.
María
Eugenia Walker Vicuña, 08-8925090, mwalkerv@uc.cl
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